Si alguno de vosotros ha sido lo suficientemente rápido como para haberse terminado ya El idiota de mi tío y otros idiotas, entonces puede que estos nombres os suenen de algo. Sin ánimo de ensombrecer la cultura coreana ni hacer spoiler a ninguno de los que no tienen todavía su libro o que no han tenido tiempo de leerlo entero, hoy os traemos una pequeña y breve biografía de dos revistas niponas que aparecen en uno de los cuentos y que gustan mucho a uno de los personajes principales.
King y Shōnen Club fueron revistas de entretenimiento para jóvenes, principalmente hombres (shōnen significa "hombre joven/adolescente"; al contrario, shōjo significa "mujer joven/adolescente", también tiene revistas a su nombre), que debido a la colonización japonesa en Corea era inevitable que llegasen a manos del pueblo coreano, sobre todo a aquellas generaciones de jóvenes que empatizaban con todo lo proveniente del archipiélago nipón.
King se publicó por primera vez en noviembre de 1924 y dejó de publicarse en 1957. No solo fue la revista emblemática antes de la guerra de lo que hoy conocemos como Kōdansha (una de las empresas del mundo audiovisual más grandes de todo Japón), sino también una revista nacional con una tirada de más de un millón de ejemplares por primera vez en la historia editorial japonesa. King fue lanzada como la primera revista de la compañía, encarnando el lema de Kōdansha de "interesante e informativa" y pretendiendo ser "una sola revista para todo un millón". De hecho, la revista se publicitó intensamente utilizando todos los medios de comunicación disponibles en la época, como colgar pancartas con el nombre de la revista (práctica que se utiliza ahora para libros y demás y que nace gracias a esta macrocampaña de publicidad) o lanzar una canción comercial con una coreografía elaborada y creativa.
Como resultado, se publicaron 500.000 ejemplares, algo sin precedentes para una revista de la época (para que os hagáis a la idea, por aquel entonces la mayor tirada apenas llegaba a la mitad). Con los pedidos adicionales, el primer número superó los 740.000 ejemplares, un comienzo excepcional. La tirada de la revista siguió aumentando de forma constante hasta superar finalmente el millón de ejemplares en el periodo Showa (1926-1989), lo que supuso un gran logro en la historia de la edición japonesa. El éxito de la revista se atribuyó a su amplia gama de contenidos (novelas, cuentos, conocimientos prácticos, sermones y relatos divertidos), a su bajo coste, a su voluminoso número de páginas, a sus lujosos suplementos y a su diversa y entretenida política editorial, que era popular entre todos los lectores.
Pero si es notable es, sobre todo, por ser el primer ejemplo de la formación de la sociedad de masas en Japón, que dio lugar a la publicidad de masas. El número extra de noviembre de 1928 registró una tirada máxima de 1,5 millones de ejemplares, se dice que alcanzó su punto máximo en esta época. Tras este éxito, la división musical de Kōdansha, que comenzó en 1931, recibió el nombre de "King Records". El éxito de King también propició el lanzamiento de revistas populares rivales, como Heibon de Heibonsha, Asahi de Hakubunkan y Hinode de Shinchosha.
Al hacerse famosa como revista popular, se convirtió en un símbolo de la cultura popular y atrajo la atención del campo de la literatura proletaria como una entidad que se oponía y trataba de ganar los corazones y las mentes de las masas. No extraña entonces que el protagonista de El idiota de mi tío esté tan obsesionado con estas revistas y profese tanta adoración por ellas. Al fin y al cabo, ponen a su alcance multitud de conocimientos a priori de masas pero que fomentan el interés cultural de aquellos con recursos educativos más escasos.
La Shōnen Club también la publicó Kōdansha mensualmente a partir de 1914 y contenía una mezcla de mangas orientadas a un público jóven masculino, en su mayoría humorísticos y de aventuras, series fotográficas, artículos ilustrados y novelas por entregas.
A partir de 1930, la proporción de mangas en la revista se hizo mayor y sus historias se hicieron más largas, también se prolongaban durante varios números para luego publicarse juntas en libros. Con esta evolución y también con su aparición a partir de 1914, la revista adquirió un papel importante en el desarrollo de los mangas. Se convirtió en una de las revistas más exitosas y conocidas de su época. A lo largo de la década de 1930, la publicación se involucró cada vez más en la propaganda de guerra del gobierno japonés. Así, a partir de 1931, apareció la exitosa serie Norakuro Nitō Sotsu, sobre la carrera militar de un soldado con forma de perro que lucha contra chinos representados como cerdos (seguro que a nuestro distinguido protagonista le hubiera encantado leer esta historia). Con el tiempo, a medida que avanzaba la guerra, la proporción de mangas disminuyó y aparecieron artículos sobre los soldados y su esfuerzo bélico, hasta que finalmente se imprimieron instrucciones sobre el uso de las armas. En otras palabras, acabó por ser un medio de propaganda a favor del imperio para inclucar ideas bélicas y patrióticas a los más jóvenes.
Pero, ¿qué son ahora de ellas?
Después de la Segunda Guerra Mundial las ventas de King no alcanzaron el nivel de antes de la guerra, solo se recuperaron temporalmente hasta los 300.000 ejemplares en 1952, y con la fragmentación de las revistas y el auge de los semanarios, la revista dejó de publicarse en 1957. Muchísimos años después, el 13 de septiembre de 2006 se publicó el primer número de la nueva revista "King". Aunque llevaba el mismo nombre, estaba dirigida a hombres de negocios y tenía un público más reducido, y su naturaleza era diferente a la de la antigua revista de masas.
La Shōnen Club, bajo la ocupación estadounidense, fue considerada parcialmente responsable de la propaganda bélica debido a su circulación durante la guerra, y muchos editores fueron despedidos. Tuvo que publicar en parte en inglés y también imprimir cómics en inglés. La revista no pudo aprovechar su anterior popularidad ni siquiera después. En 1962 se interrumpió su publicación.
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